No obstante, Rodrigo Vélez, secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de
Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep), cree que la
falta de la tabla que defina cantidades máximas admisibles de tenencia de
alcaloides para consumo provocaba un “vacío jurídico”.
Aunque no da una cifra específica, él considera que “ese vacío” supuestamente
ha permitido que “la mayoría” de los casi once mil aprehendidos por tenencia de
drogas que están en las cárceles, sean personas que “portaban dosis
pequeñas”.
Es por eso, dice, que el Consep resolvió ¬el 21 de mayo pasado¬ acoger el
análisis sobre tenencia de estupefacientes y psicotrópicas para el uso personal
preparado por el Ministerio de Salud de las cantidades máximas admisibles de
tenencia para el consumo; y estableció que se permitan: 10 gramos de marihuana,
2 gramos de pasta base de cocaína, 1 gramo de clorhidrato de cocaína, 0,1 gramo
de heroína, 0,015 de éxtasis y metanfetamina; y 0,040 de anfetaminas.
Rodrigo Tenorio, psicoanalista y director del Observatorio de Drogas del
Consep hasta enero del 2013, considera que colocar cantidades máximas admisibles
de tenencias para el consumo “busca que los usuarios de drogas no sean
maltratados”. Por su experiencia, se niega a creer que con la medida se
incremente el consumo. Dice que el adicto a una droga no porta otras. “Quien
está llevando un sinnúmero de alcaloides, aunque sea en la cantidad permitida,
es traficante”.
“La vía no es legalizar las drogas, ya que el consumo se puede disparar.
Ahora que no es legal la venden en muchos sitios y es fácil conseguirla. Esto
puede alentar la creación de clínicas clandestinas, no adecuadas para enfrentar
el problema”, refiere Javier Fajardo, psicólogo.
Fiscales y jueces coinciden en que la tabla expedida facilitaría el trabajo
judicial, pero creen que se debe establecer de manera clara cómo se calificará
al usuario, qué pericias se harán para identificar si lo son. Para Pablo Santos, exfiscal de Unidad de flagrancias en Pichincha, no solo es
importante que la resolución dé luces para diferenciar al adicto del
microtraficante, sino que definan aspectos como quién va a expenderle al
consumidor y dónde. En tanto, Jorge dice al grupo que no quiere volver a
engancharse y que siente temor regresar a la playa donde la conseguía.
FUENTE: El Universo
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